¡¡¡INENARRABLE!!! Este era el grito de Rafa Perelló cuando a las 3 menos cuarto de la madrugada del Lunes de Pentecostés volvía a reencontrarse con nosotros, que estábamos en la puerta de la Ermita (Monumento a S.S.Juan Pablo II) tras asistir, como todos los años, junto a Jose Ramón y Juan Carlos (esposo de Águeda, que al final si estuvieron en el Rocío) al salto de la reja almonteña para iniciar la Procesión de Nuestra Señora del Rocío, Patrona de Almonte por las calles de la Aldea en la mañana del Lunes de Pentecostés. Y es que si impresionante resulta verlo en las cámaras de televisión, debe ser algo apoteósico contemplarlo en directo. Ellos estuvieron allí y cuentan que lo que se vive dentro es algo único que no tiene comparación con nada en el mundo.
De momento sólo nos queda esta imagen para contemplar, así como el haber visto a la Blanca Paloma por las calles de la Aldea bajo una masa humana de almonteños que, a pesar de los empujones y de el aprieto que supone estar al lado de ellos, permiten que la gente que no es de Almonte vea con sus propios ojos a la Blanca Paloma bajo todos sus hijos. Un hecho por el que un millón de rocieros acuden a la Aldea Almonteña cada año por Pentecostés.
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